«Nuevas Derechas» expresión política del capitalismo en crisis

Descargar libro de Néstor Kohan: Nuevas derechas: escuela austríaса у neofascismo

NdR: Principales analisis-ideas. Néstor Kohan (2025) trata a las “nuevas derechas” como una respuesta política estructural del sistema capitalista en crisis, profundamente arraigada en su lógica económica, histórica y geopolítica.

Son una respuesta capitalista a la crisis sistémica

«La emergencia contemporánea de las ‘nuevas derechas’ forma parte de un intento de contrarrevolución a escala mundial que no obedece a la ‘maldad’ o a la ‘locura’ de unos pocos individuos, sino al declive del imperialismo occidental.»

Esta crisis incluye 3 factores: La caída tendencial de la tasa de ganancia, la pérdida de hegemonía del capitalismo euro-norteamericano, el ascenso de movimientos sociales, rebeldías populares y luchas anticcoloniales.

El capital no solo responde con «ajustes» económicos, sino con formas políticas extremas: el neofascismo, el neonazismo, el racismo institucionalizado, y el autoritarismo disfrazado de democracia.

Un híbrido de neofascismo y neoliberalismo extremista

ElementoExplicación
NeofascismoXenofobia, supremacismo racial, misoginia, culto al líder, apología de dictaduras pasadas (Pinochet, Videla, Franco, Hitler).
Neoliberalismo extremoAdoración al mercado, desmantelamiento del Estado social, ataques a los derechos laborales, eliminación de subsidios públicos.

Este híbrido no es una contradicción. Es una estrategia coherente: Usar el odio y el miedo para imponer reformas económicas que beneficien exclusivamente al capital.

«Promueven una política ‘de choque’ contra los derechos históricos de la fuerza de trabajo: reformas laborales patronales, destrucción de pensiones, eliminación de subsidios… todo en nombre de la ‘libertad económica’.»

Subordinación total a la clase capitalista y sus «ceos»

Las nuevas derechas no son independientes, son instrumentos al servicio de la clase dominante.

«Estas fuerzas están completamente subordinadas a los dictados y caprichos de la clase capitalista, sus legitimadores y sus ‘ceos’ (gerentes, lobistas, divulgadores, propagandistas y mercenarios varios).»

Esta subordinación se manifiesta en: Financiamiento empresarial: Millonarios fondos privados que financian campañas, think tanks, y medios. Alianzas pragmáticas: Las nuevas derechas se alían con partidos tradicionales, corporaciones y bancos cuando conviene. Políticas económicas idénticas: Aunque su retórica sea «proteccionista» o «anti-globalización», sus medidas favorecen siempre a los grandes capitales.

Ejemplo: Donald Trump, con su discurso nacionalista, promovió recortes fiscales masivos a las grandes empresas y desregulación extrema. Su retórica era fascista. Su política económica, neoliberal pura.

La nueva derecha como herramienta de contrainsurgencia

Kohan retoma el concepto marxista de contrainsurgencia: una ofensiva del poder para reprimir y desarticular cualquier movimiento que amenace el orden capitalista.

Las nuevas derechas cumplen esta función mediante: Criminalización de las protestas sociales; ataques sistemáticos a sindicatos, movimientos indígenas, feministas y ecologistas y la legitimación de la violencia estatal (policía, ejército) contra el pueblo.

«No se trata solo de ganar elecciones. Se trata de desmovilizar, dividir y amedrentar al campo popular.»

Y usan herramientas modernas: Redes sociales para difundir odio, medios corporativos para crear «realidades alternativas» y leyes represivas bajo el pretexto de la «seguridad».

Racismo, xenofobia y supremacismo: pilares ideológicos

El racismo no es un «detalle» de las nuevas derechas. Es central a su proyecto. Promueven: Islamofobia (contra Islam) como en Francia o EEUU, Antisemitismo, desprecio por los pueblos originarios, afrodescendientes e inmigrantes y orientalismo y colonialismo cultural.

«La contrainsurgencia ha sido acompañada invariablemente por un furioso racismo e ideologías supremacistas.»

Kohan insiste en que no estamos ante algo completamente nuevo. Las nuevas derechas son una recomposición del fascismo clásico, adaptado a las condiciones del siglo XXI.

En lugar de camisas pardas, usan trajes y redes sociales. En lugar de marchas, usan memes y TikTok. En lugar de concentraciones masivas, usan algoritmos para radicalizar. Pero el núcleo sigue siendo el mismo: Rechazo a la democracia real. Culto a la violencia. Eliminación del disenso. Concentración del poder en un líder carismático.

«Son fascistas con piel de lobo, pretendiendo ser leones de la libertad.»

Un fenómeno global, no local:

Estados Unidos (Trump, MAGA). Europa (Le Pen, Vox, AfD). América Latina (Bolsonaro, Milei, Fujimorismo). Países ex soviéticos (ultranacionalistas pro-OTAN). Y todos comparten el mismo ADN: Defensa del capital. Odio al pueblo. Negación de la justicia social. Subordinación a los intereses del gran capital.

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