Subjetividad Neoliberal: Expresión en lo económico
NdR.: El entrevistado, Diego Singer, en el video que adjuntamos analiza la subjetividad neoliberal desde una perspectiva filosófica crítica, utilizando herramientas conceptuales de autores como Nietzsche y Marx para explicar cómo el neoliberalismo transforma al ser humano en un sujeto principalmente económico, despojándolo de su dimensión humana integral.
Una invitacion a ver el video
El neoliberalismo no solo transforma la economía, sino que redefine al ser humano. Ya no somos personas con deseos, emociones, relaciones o sentidos de pertenencia. Somos «recursos», «inversiones», «empresas de nosotros mismos».
Este proceso no es violento ni explícito. Es sutil y cotidiano. Se realiza a través de un reentrenamiento de la subjetividad: una forma de colonización mental que convierte al individuo en un sujeto económico racional, calculador, perpetuamente en deuda consigo mismo.
El hombre como «empresario de sí mismo»
«El sujeto neoliberal no es un ciudadano, ni un trabajador, ni un ser social. Es un emprendedor.» dice Singer. Esto significa que: Tu vida personal, tus relaciones, tu salud, tu educación, incluso tu tiempo libre, deben pensarse como inversiones. Tu salud no es un derecho, sino un «capital biológico» que debes mantener para ser productivo. Tu educación no es una herramienta de liberación, sino un «capital humano» que debes acumular para «competir en el mercado».
Dice Singer: «Un Ministerio de Educación pasa a ser un Ministerio de Capital Humano. Esa es la lógica explícitamente neoliberal.» Ya no se pregunta: «¿Cómo educamos para la vida?» Ahora se pregunta: «¿Cómo formamos para el rendimiento?»
La deshumanización. El neoliberalismo no destruye la humanidad. La redefine. La convierte en un activo financiero.
Antes | Ahora |
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El trabajo como medio de vida | El trabajo como inversión en uno mismo |
La salud como derecho | La salud como mantenimiento del capital |
El tiempo libre como descanso | El tiempo libre como recuperación para volver a producir |
La familia como red de afecto | La familia como soporte emocional para el rendimiento laboral |
Diego reafirma: «El sujeto ya no es un ser que vive, sino un capital que se capitaliza.». Ya no se valora por lo que es, sino por lo que produce. Ya no se mide por su solidaridad, sino por su rentabilidad.
La lógica de la inversión y el retorno
En la subjetividad neoliberal, cada decisión se evalúa como una operación financiera: ¿Estudiar? Solo si tiene retorno de inversión. ¿Casarse? Solo si mejora tu estabilidad emocional y productiva. ¿Tener hijos? Solo si no interfiere con tu trayectoria profesional. ¿Ayudar a un vecino? Solo si no resta tiempo a tu desarrollo personal.
«Pienso mis acciones y mis elecciones en términos de inversión y retorno de inversión, rentabilidad.» Concluye Diego Singer
Esta lógica coloniza todos los ámbitos de la existencia. No hay espacio para lo gratuito, lo espontáneo, lo inútil. Todo debe servir al crecimiento del «yo-empresa».
Si no avanzas, es porque no te esforzaste lo suficiente. Si no ganas más, es porque no invertiste bien en ti. Si estás agotado, es porque no gestionaste bien tu energía. Y la culpa es tuya, no del sistema. No de la explotación. No de la desigualdad. Tuya.
El gran triunfo del neoliberalismo no es económico. Es simbólico. Ha logrado que su lógica parezca natural, inevitable, única.
La voluntad de poder como ilusión heroica
El entrevistado hace una lectura nietzscheana del sujeto neoliberal.
Pero no para celebrarlo.
Para desenmascararlo.
El neoliberalismo presenta al emprendedor como un héroe, un «héroe neoliberal» lo llama Diego:
Solo obedece con entusiasmo. Su «voluntad de poder» no es una afirmación de la vida.
Es una sumisión disfrazada de libertad.
Y remata:
«El sujeto neoliberal requiere verse como un héroe, como un león, como un soldado de Esparta… porque en el fondo es débil.»
La imagen de fuerza es una máscara para ocultar la impotencia, la precariedad, el miedo al fracaso.
Finalmente el punto que queda claro: El modelo no solo individualiza, desintegra la comunidad. El resultado es un individuo aislado, hiperconectado, profundamente solo, que vive en una sociedad sin lazos, solo con interacciones funcionales.
El verdadero desafío no es reformar el sistema, sino transformar la subjetividad.
«El sujeto neoliberal no es el futuro. Es una prisión disfrazada de libertad. Y la primera forma de rebelión es darse cuenta de que estás dentro de ella.»