LAS MENTIRAS DEL LIBERALISMO

LAS GRANDES MENTIRAS DEL LIBERALISMO, NEOLIBERALISMO Y EL LIBERTARISMO

Extracto de la exposicion del politologo Alejandro Perez Polo. Recomendamos visualizarlos, comentarios y difundir. Aqui las ideas principales que desarrolla.

Alejandro Pérez Polo, Ciencias Políticas (Universitat Pompeu Fabra), áster en Filosofía por la Université Paris 8, un Posgrado en Economía, Universitat de Barcelona y Máster en Publicidad por la UOC. Escribe en eldiario.es, VózPopuli, CTXT, CuartoPoder, Psicología y Mente, El Viejo Topo, Sobiranies, La Trivial o Revista LaU.

“El mercado se regula solo” FALSO Y PELIGROSO.

El mercado sin reglas genera abusos, monopolios, corrupción, explotación y crisis.
Esta mentira es el corazón del neoliberalismo: ocultar que el mercado necesita regulaciones y límites éticos.

“El Estado está quebrado” FALSO.

El Estado no es una familia ni una empresa. No necesita tener ingresos mayores que sus gastos. Tiene moneda propia, capacidad de endeudamiento, emisión y recaudación.
Decir que está “quebrado” es una estrategia para justificar recortes, privatizaciones y despidos.

“Las pensiones públicas no son sostenibles” FALSO.


No hay ninguna “bomba demográfica”. Lo que hay es una ofensiva del capital financiero para convertir las pensiones en negocio privado.
Los sistemas públicos de pensiones pueden adaptarse y sostenerse si hay voluntad política y solidaridad generacional.

“La meritocracia explica el éxito” FALSO.


El éxito en una sociedad desigual no depende solo del esfuerzo. Depende del origen social, género, color de piel, lugar de nacimiento, contactos, herencias, etc.
La meritocracia sirve para culpar a los pobres y justificar los privilegios de los ricos como si fueran “merecidos”.

“Los pobres lo son porque no se esfuerzan” FALSO Y CRUEL.

La pobreza no es un castigo por flojera. Es el resultado de estructuras injustas, falta de oportunidades, explotación laboral y exclusión histórica.
Esta mentira culpabiliza a la víctima y exonera al sistema que produce pobreza y concentración de riqueza.

“Hay que achicar el Estado para que crezca el mercado” FALSO.

Los países más desarrollados tienen Estados fuertes, que invierten, planifican, regulan y redistribuyen.
La idea de “menos Estado” es una trampa para liberar al capital de controles y dejar desprotegidos a los más débiles.

“Los ricos son los que generan empleo” FALSO.

Los empleos los generan las necesidades sociales y la demanda económica. Los ricos invierten si ven ganancia, no por bondad.
Una economía centrada en el bienestar de las mayorías genera más empleo que la concentración de riqueza en pocas manos.

“La economía es como una casa: no se puede gastar más de lo que entra” FALSO.

Un país no funciona como una casa. Tiene política monetaria, fiscal, puede endeudarse, emitir moneda y crear inversión pública.
Este argumento infantil es usado para justificar ajustes y recortes que sólo benefician al capital.

“La inflación es culpa del gasto público” FALSO.

La inflación tiene múltiples causas: especulación, precios internacionales, oligopolios, no solo el gasto estatal.
Culpar al Estado es una excusa para recortar salarios y programas sociales, sin tocar a los que se enriquecen especulando.

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